The comeback ( I )
Ya de vuelta de ese país que trata a sus niños y a sus viejos a pedir de boca. Coincidimos con el Festival de Jazz de Copenhague. Tras terminar de comer, proseguiamos el camino errabundo cotilleando las esquinas de la ciudad y se te atravesaba un concierto que certificaba que cierto tipo de jazz clásico es el reflejo indiscutible de la felicidad y de la ausencia de problemas. El segundo dibujo lo hice tras haber entrado al museo de arte de Copenhague. Un quinteto cuyos saxo y trompeta no paraban de conversar con una sensibilidad extrema apareció tras franquear un umbral interior del recinto. Unas gradas y un salón inmenso nos dejaron boquiabiertos. Pero sobre todo la música...Me voy a esos p2p, ahora que recuerdo no he bajado nada de ellos.
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