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Blog sobre los dibujos del dibujante canario Álvaro Manzanero.

martes, septiembre 05, 2023

Acuarelando el sudeste asiático.




 También me llevé las acuarelas y estuve haciéndome amigo de ellas. El primer dibujo me recuerda a una revista de los 60, si no lo hubiera hecho yo lo afirmaría sin dudar.

sábado, agosto 05, 2023

Por fin Asia

 






Curiosidades que uno nota cuando pisa por primera vez Asia:

-No conducen nada mal. No están nunca a punto de chocar, es como si estuviesen todos sumergidos en una gelatina que avanza conjuntamente. Jamás se detienen del todo. Si vas a pasar por un paso de peatones no se van a parar a no ser que te tires prácticamente encima. Normalmente al ellos no aminorar la velocidad tú no te arrojarás delante de ellos sino que esperarás a que pasen. Pero si te arrojas procurarán sortearte, que no detenerse.

-No hay prácticamente aceras. Los negocios parecen prolongarse hasta las aceras, los coches y motos aparcan oblicuamente sobre ellas y no hay arcenes, pero tampoco les molesta que vayas por la calzada, te sortean y ya está. Nadie pita, salvo los tuk tukers para que cojas su vehículo.

-Nunca verás una unidad de algo, si ves un papel higiénico, verás 200 junto a ese, si un tractor, tres docenas pegados. ¿Un monje de escayola? 40 más.

-Desayunan también la misma comida que al mediodía y por la noche.

-Por suerte, las cocinas permanecen abiertas todo el día, con lo cual no tienes que preocuparte por la hora a que almuerzas: puedes desayunar a las 10 y almorzar a las 18 h, y si te queda un huequillo pegarte un mango shake sobre las 22 h y al sobre.

-No tienen ni puta de inglés.

-Se manejan con el regateo, que no mola nada, y menos si tienes prisa. Por eso los grabs (el Über de Asia) arrasan; son baratos y sabes exactamente cuánto te van a salir.

-Los taxis pillados con el brazo en alto en plena calle sí suelen poner el taxímetro y es realmente barato.

-Cuidado con el timo de “I am a teacher”. Se presentan por la calle haciéndose pasar por una persona de fiar suplantando a un profesor-alguien culto, con otros intereses y la vida ya solucionada-, te preguntan dónde tienes pensado ir y te mandan a un tuk tuker más caro o a una entrada de precio menos ventajoso de una atracción turística.

-Las casas están todas abiertas, incluso el negocio es normalmente la casa, que después de una hora les da de comer a los hijos delante de ti. En una puerta de 3x2m y habitación/casa abierta de metro y medio de profundidad he llegado a ver a dos chicas en bata una sobre la otra en el mismo sillón viendo la tele, una de ellas con mascarilla facial.

-El despatarre es total y universal. Pueden ponerse cómodos en el suelo, en un banco, en una hamaca en el tuk tuk , de las formas más retorcidas e insospechadas.

-El calor puede ser agobiante, pero no se suda mucho y sin embargo no se mea por la evaporación del agua corporal y lo que sí que no es es constante, depende de las horas del día, de que haga sol o no, viento, y sobre todo de dónde estés ya que todo negocio, guagua, coche, etc, tiene aire acondicionado. A veces lo peor es readaptarse al calor ambiental tras salir de uno de estos sitios, pero tampoco se tarda más allá de 30”.

-No hay peligro alguno vayas donde vayas, no he visto gente más amigable y pacífica.

-Los guías acaban todos su pequeña píldora narrativa diciendo “yeah, the …(tema del que trataba). Así es que si iba sobre el cuerpo de Buda dirán al final: “Yeah, the body”, y no veas cómo te quedas.

-El café está buenísimo en cualquier sitio.

-Los plátanos son pequeños y no saben a nada.

-Los billetes en Camboya son una puta locura: les das dólares y te devuelven el grueso en dólares y la minucia o quincalla en rieles, cuyo valor es escaso pero su número brutal. Estarás completamente engañado si con 6 billetes de 20000 rieles crees que tienes una fortuna. Date por contento si te vale para pagar una comida.

-No hay contenedores de basura en Tailandia. Consecuencia: Hay ratas en Tailandia. Consecuencia: Hay gatos en Tailandia. Entre las 7 y las 8 y pico de la noche te puedes encontrar con dos, tres, merodeando en la basura. No es que las veas frecuentemente pero la situación se presta.

-Los monjes no deben tener bienes materiales, con lo que te encuentras kits de ofrenda de los fieles para ellos. Estos pueden consistir en cepillo de dientes, dentífrico, un peine y una lata de Pepsi-cola.

-Los negocios más boyantes son casa de masajes y clubes de marihuana.

Dicho esto, el que quiera que pase a ver las fotos.





domingo, abril 23, 2023

Viaje a Lisboa 2023



Y las fotos, como siempre, aquí.

 

sábado, abril 15, 2023

Slice of death

 Tres páginas más sobre algo que me marcó hace meses.






viernes, noviembre 04, 2022

El reflejo luso.




















 

lunes, agosto 22, 2022

Viaje a Islandia o cómo estar a 11º en agosto.

 El 6 de agosto regresamos de Islandia. En principio, un urbanita como yo no esperaba encontrar gran cosa en aquel país. Craso error, tal vez haya sido el mejor de cuantos viajes hayamos hecho. Simplificando diré que era como Lanzarote pero en verde y multiplicado por 15, con glaciares, cascadas y volcanes en erupción. Paisajísticamente es imbatible; lo tiene todo condensado en una superficie equivalente a la de Portugal y con una población como la de Vigo. Si nunca han estado, ahorren, que vale un ojo de la cara, pero por nada del mundo se lo pierdan. Las fotos comentadas (si las amplías, a la derecha), aquí.

Los dibujos en este mi/su blog. Mi favorito, el segundo. Cuento: estando en un bar de las islas Vestman, próximos a zarpar de vuelta a Islandia, vimos como una camarera afilaba creyones y los iba depositando, listos, en una cestita,  deteniéndose tan sólo  cuando era solicitada por algún cliente. Al rato vimos a un niño en una mesa, con sus padres,  pintar con esos mismos lápices de colores; era un servicio que ofrecía el restaurante. No cupe en mí de gozo, esta práctica se erigía, robusta, frente a las tablets y móviles, como el refugio de la imaginación.








sábado, marzo 12, 2022

A Portugal desde Sevilla




 Un nuevo viaje con idea de acabar en Lisboa, peinando de nuevo el sur y repitiendo ciudades como Faro y Beja. No hay problema, podría volver 500 veces.

No había visto Sevilla desde el 94 , y evidentemente, la mirada 28 años más tarde es otra. Las imágenes y el relato aquí, para quien quiera indagar, saber más o cotillear.

El primer dibujo es desde la Fenetra de la Atalaia , un bar moderniqui del barrio alto de Lisboa. El perro estaba sentado cual persona en el asiento acolchado, mientras que , detrás, en una urna, un grifo se mantenía iluminado y encerrado. Estaba servido en bandeja que bebiera del refresco en pajita.

El segundo, realizado  desde la Alameda de Hércules en Sevilla remite tremendamente a un Dupuy y Berberian, Blain, Blutch, etc. ¿Casualidades o esa información está en el fondo de mi cabeza?