Molly Malone vendía mejillones.

De vuelta de Dublín. Han sido sólo tres días, pero estupendos. La última noche nos metimos Antonio- mi compañero de curro, el otro profe de dibujo de mi instituto- y yo en un pub. Entramos a las 19 h y salimos 7 horas y 7 pintas más tarde. Las 3 edades de la mujer se congregaban en el sillón a mi lado: Abuela, hija y nieta, todas con su pinta de cerveza. Me dio por dibujar. Todo el mundo se dio cuenta y aquello se salió de madre: unos hablaban con Antonio, como si éste fuera mi manager, para averiguar si los estaba dibujando, otro me lanzó sobre la mesa 10 € y se puso en una butaca próxima a posar, para que le hiciera un retrato. Fuera la luna se teñía de rojo para dar paso a un eclipse, los parroquianos entraban y salían del viejo pub, haciéndonos señas para que disfrutaramos nosotros también del espectáculo. Creo que no hubo cliente del pub que no tuviera que ver con nosotros. Un pureta entró con su caja de ritmos y su guitarra y nos obsequió con los grandes éxitos de la música inglesa de los últimos 40 años. (Sonaron incluso "Fisherman's blues" de los Waterboys y "California dreamin" de los Mamas & the Papas). Las señoras de 70 años se levantaban a bailar, mientras sus maridos agarraban el micro para cantar, por cierto, estupendamente. A un calvito le prometí que colgaría su retrato en mi blog, así es que aquí va.