Recordando al trote.
Es curioso, yo que siempre he tenido miedo de alejarme del realismo y me he procurado referencias reales o fotográficas para dibujar y un buen día, voy a correr, me fijo en el entorno, lo memorizo y lo dibujo como quien no quiere la cosa al llegar a casa. Este es el resultado, algo simplísimo - partí de un simple vaivén extremo de brazos, visto en un paseante mientras iba a correr por la avenida marítima-, y añadí tres o cuatro datos recordados con idea-las casas, impersonales, las palmeras y el mar. El dibujo acabó con unas pinceladas de tinta china. Todo sin pretensiones, y, sin embargo de mis preferidos.
Cada vez me gustan más la espontaneidad, la tinta directa y la claridad en los dibujos.
Tengo que comentar lo maravilloso y envidiable que me parecen esos dos jugadores de ajedrez que se reunen de noche en el paseo de la avenida, con el fresco marino, a echar una partida. Si me gustara ese juego, es lo que haría.
Cada vez me gustan más la espontaneidad, la tinta directa y la claridad en los dibujos.
Tengo que comentar lo maravilloso y envidiable que me parecen esos dos jugadores de ajedrez que se reunen de noche en el paseo de la avenida, con el fresco marino, a echar una partida. Si me gustara ese juego, es lo que haría.
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