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Blog sobre los dibujos del dibujante canario Álvaro Manzanero.

jueves, febrero 19, 2009

La soledad del aeropuerto.

En esta ocasión regresé al blanco y negro puro y duro, de tal forma que parece que el sol lucía con justicia, pero no...
Una señora joven (de piel) me iba diciendo: "¡Qué bonito!¡Te está quedando bien!"-como si ella fuera experta y yo tirara al azar. Y luego preguntando "¿No podrías dibujar a estos tres?", mientras me enseñaba un camafeo con un trío infantil de 1 cm cuadrado cada uno. "Son mis hijos"-añadía. "Ya me supongo..."-respondía yo lacónicamente, pero ella no se iba. "No dibujo de fotos", trataba yo de zanjar el tema.
Poca gente se da cuenta de que hablar y dibujar son actividades excluyentes, y de que estás tomando mil decisiones al minuto: ¿De qué tamaño es esta línea? ¿Con qué inclinación va? ¿Simplifico este gris a negro o lo dejo blanco? Esas arrugas, ¿Son imprescindibles o pueden ser sintetizadas en una principal?¿Elimino ese objeto del fondo o quedará bien en la composición? ¿No estará, si lo dejo, demasiado recargada?
¿De dónde procede esa línea curva que se ve al fondo? Ahora que lo identifico, ¿convendrá desplazarlo un poco para que el espectador lo reconozca? Si lo situo en primer plano, ¿Qué tamaño habrá de tener para estar a la escala del resto?¿Cómo separo la figura del segundo plano para que se distingan con claridad? ¿O no importará y mejor dejo que se pierda por alguna zona?

jueves, febrero 12, 2009

Juego de espejos.


El lápiz te imprime una forma diferente de dibujar. A veces uno se hace el vago y en vez de tratar de cambiar consciente y mentalmente el concepto, se deja llevar por la herramienta, esperando así la mutación en el estilo. Ocurre, pero es superficial.
En esta ocasión ocurrió algo curioso. Normalmente, cuando me pongo a dibujar del natural sucede siempre lo mismo. Miro a una víctima, y ésta no se entera. A su lado hay un alguien que sí, y que cuando se cruzan nuestras miradas sonrie cómplice, sin delatarme.
Este dibujo está realizado en el metro, mirando al reflejo situado en la luna de cristal frente a mí, y la víctima está, de hecho, a mi derecha.
Lo extraño no fue que no se diera cuenta (bastaba conque mirase a su izquierda en dirección a mis manos para percatarse), sino que una chica que tenía físicamente enfrente no paró de mirarme, pensándose dibujada. Casi me vuelvo loco.

martes, febrero 10, 2009

El peor día.


Este dibujo lo hice muerto de frío en la terraza de un bar, de noche, a la intemperie. La imagen era entrañable al tiempo que siniestra. Me preguntaba cómo sería ver la vida por sus ojos. Les queda, en principio, mucho menos que a mí.
Por razones que no vienen al caso, creo que hoy ha sido uno de los peores días de mi vida.