Composición afortunada.

Nunca sabré por qué esos dibujos que haces de memoria, con la poca información que tienes salen mejor que los más detallados copiados del natural.
En esta ocasión estaba de guardia en la biblioteca. Me llamó la atención la pose de un chico en el exterior. Esas piernas abiertas, el giro de cabeza. Me extendí más allá de él y quedé pegado al resultado.

Andaba yo pensando en las maneras de sostenerse de pie, cuando me encontré con este grupo, palicando tan ufano. Tengo que seguir trabajando esas piernas, que tanto se me resisten. Y luego vestirlas con diferentes tipos de pantalones y tejidos. Se empieza teniendo los pantalones con el culo cagado de adolescente y se acaba con ellos bajo el sobaco en la tercera edad, sujetando las carnes que rebosan. Todo es motivo de análisis.