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Blog sobre los dibujos del dibujante canario Álvaro Manzanero.

martes, octubre 25, 2011

El acordeón y las sustituciones.





Corría el año 2006. Yo miraba las listas de nombramientos de sustitutos a diario, temiendo el día en que me sacasen de mi tranquila concha hogareña para llevarme a una isla donde nunca había estado. Un buen día ocurrió. La afortunada era Lanzarote. Primero me quedé en una pensión de mala muerte, luego busqué piso con colombianos de mal vivir, huyendo de su compañía, ignorante del peligro que tal vez me acechara. Un ía, descubrí un guachinche en pleno charco de San Ginés (La casa del miedo) y dentro a una ex-conocida de Bellas Artes. Con ella andaban dos amigos, uno de ellos un gay que pensaba ir a Estambul y no tenía con quien dejar a sus Yorkshires: Changeles para los amigos, y el varón, cuyo nombre no recuerdo. Con él me fui a vivir. Era peluquero, curraba mientras yo estudiaba las opos. Fue toda una experiencia.Un domingo fuimos juntos él y yo al mercadillo de Teguise, y en el antiguo cine, me agencié una libreta de acordeón. No sabía bien para qué servía, pero intuía sus posibilidades. Como objeto era ideal. En medio de una borrachera diurna, en un bar estupendo lleno de guiris, la empecé. Un dibujo al azar, rápido y tal como me permitían mi estado y la calidad del papel...
Acabó la sustitución en Navidad, volvieron a contratarme el 8 de Enero. Me fui a vivir con mi compañero de francés a Playa Honda, un lugar infame que nadie cuidaba al no pertenecer a él, sino estar de paso. Corrí por aquella avenida que conducía a la capital decenas de veces. Me dí cuenta de que si quería sobrevivir tenía que inventarme amores, asideros. Daba una patada a una piedra y al tiempo me percataba de que no había estado allí la víspera.Así es que no paré de dibujar. Mientras corría se me ocurrían innovaciones: del color al blanco y negro, a los grises, tramados manuales, cambios de estilo; del realismo al "cartoon", a veces secuencias, otras silencios en negro. Era una esponja, la consigna era la variedad. Todo lo que veía por ahí lo asimilaba y regurgitaba en la libreta de acordeón.
Y estos días me he mudado.Generalmente detesto las cosas que he dibujado en el pasado, pero en esta ocasión, no sólo me ha despertado innumerables recuerdos, sino que algunos de ellos me han gustado. He envidiado aquel espíritu de enfermizo anhelo de la novedad.

jueves, octubre 06, 2011

Sol naciente en Las Canteras.


Probando una paleta cálida de otro dibujante, un boceto fortuito hecho en el paseo de Las Canteras acabó siendo una suerte de fulano colonial en el imperio del sol naciente.
Si es que nunca te bañarás dos veces en el mismo río, por mucho que copies, las circunstancias del entorno hacen del resultado algo distinto.